Es muy habitual que los perros, e incluso los gatos, encuentren nuestros comestibles de cannabis. En algunos casos, las dosis bajas simplemente provocan somnolencia. Pero si tu mascota se ha puesto pillo y abusó, puede que sea el momento de llevarla al veterinario.
La ingestión de cannabis por parte de los perros raramente tiene consecuencias fatales, ya que la dosis letal mínima es de 3g de THC por kg de peso corporal.
Por otro lado, las dosis altas de THC pueden ocasionar numerosos efectos negativos como vómitos, temblores, nerviosismo, y hasta convulsiones.
Los perros también pueden experimentar un fuerte subidón si encuentran una reserva de comestibles como brownies o manteca con cannabis. Lo que además es más peligroso en el caso de los perros, ya que el efecto será más potente y prolongado, y la ingesta de chocolate puede causar vómitos, diarrea, e incluso hemorragias internas y ataques cardíacos.
¿Qué hacer si tu perro ha consumido cannabis?
Lo primero que tenemos que hacer es determinar el producto que comió nuestro animal, si comió flores o prensado los efectos van a ser leves casi nulos (si ,como leíste, si comió una flor o un Faso no le va a provocar efectos psicoactivos) pero si comió algún producto con manteca lo mas probable es que sufra una intoxicación. Los síntomas van desde mayor producción de saliva, agite y lentitud, perdida de control del cuerpo, presión sanguínea baja, velocidad lenta de los latidos del corazon, ataques o asfixia.
Si sospechas que tu perro ha encontrado tus reservas de comestibles y se ha pegado un festín, lo primero que hay que hacer es llamar a un veterinario.
También hay varias soluciones caceras que van desde inducirlo al vomito o darle una pastilla de carbón para que absorba el THC. Aunque la mejor solución es llevarlo a un médico veterinario y decirle la verdad de lo ocurrido.